Libro de Ezequiel

Libro de Ezequiel

El libro de Ezequiel es un libro bíblico del Antiguo Testamento que forma parte de los libros proféticos. Para los judíos está en el Tanaj, entre los Nevi'im (‘Libros de los profetas’), en la Biblia protestante se ubica entre Lamentaciones y Daniel, y en la Biblia católica entre Baruc y Daniel.

Composición

La disposición sencilla y ordenada del libro de Ezequiel denota un laborioso proceso de organización y planeamiento, en base —según se cree— a diversos textos preexistentes.

Se presume que el propio profeta o un grupo de sus discípulos recopiló y ordenó la seguidilla de poemas, discursos y visiones contenidas en el texto actual, agregándole luego los datos cronológicos e históricos que lo convierten en un todo orgánico y armónico.

Contexto histórico

En tiempos de Ezequiel, la potencia dominante del mundo antiguo ha pasado a ser la Babilonia de Nabucodonosor, que domina desde las planicies escritas hasta Egipto y desde Persia hasta el Mediterráneo.

Una vez capturados por los caldeos y deportadas sus clases dirigentes al río Éufrates, los judíos pasarán a depender, en un cautiverio que durará más de medio siglo, de la buena voluntad del rey de sus carceleros.

Por voluntad del invasor victorioso, los judíos fueron divididos en dos grupos: los notables y famosos, clase dirigente de aquel tiempo, que fueron llevados en cadenas a la tierra del vencedor, y los pobres y humildes que fueron dejados en paz en su lugar de origen.

Ezequiel formaba parte del primer grupo, y es por ello muy probable que haya escrito su libro mientras se encontraba deportado en Mesopotamia. La fecha parece confirmarla el hecho de usar un sistema de fechas usado en el siglo VI a. C.

Contexto religioso

El Libro de Ezequiel se dedica sólo a hablar de los judíos en el exilio, desentendiéndose por completo de aquellos que quedaron en la patria. Como el resto de los exiliados, el sabio profeta tiene una confianza inquebrantable en que el Yahvéh protegerá a Israel, que Jerusalén no será destruida y que, tarde o temprano, el exilio terminará y todos podrán regresar gozosos a su Tierra Prometida.

En la capital, mientras tanto, la idolatría ha regresado con fuerza siempre renovada, y los dioses mesopotámicos se adoran ahora incluso en el Templo.

Al comprender los deportados, llegando a Babilonia, la verdadera dimensión del poderío caldeo, comienzan a desesperarse. Se les hace evidente que la potencia militar de Nabucodonosor II no puede ser derrotada por ninguna fuerza humana. Sin embargo, Yahvéh no ha movido un dedo para defender a los judíos de la captura y la esclavitud.

¿Dónde está? ¿Por qué no actúa? Estas preguntas son la raíz de la desazón hebrea en el exilio, y muchos comienzan a creer que la divinidad ha denunciado el Pacto y ha retirado su protección al pueblo elegido. Éste, por su parte, ha sido alejado por la fuerza de su Templo y ya no puede cumplir con la liturgia ni ofrecer los sacrificios debidos, razón de más para temer que Yahvéh se enoje con él.

Muchos judíos buscan una salida económica a sus necesidades materiales, olvidando lo espiritual para dedicarse a la banca, la usura o el comercio. Así, se resignan y se alejan de Yahvéh. Otros, por el contrario, intentan explicarse lo ocurrido atendiendo a las enseñanzas de los profetas.

Los elegidos, seleccionados por el sufrimiento y su preocupación existencial y religiosa (como Ezequiel), comenzarán a seguir el camino marcado por Isaías y Jeremías para trabajar en pos de la restauración definitiva, el regreso a casa y la constitución definitiva de Yahvéh como Señor de Israel y habitante exclusivo del Templo de Salomón.

Contenido

El libro de Ezequiel es mucho más ordenado y coherente que el de Jeremías, al menos bajo una mirada superficial.

En una versión simplificada, la estructura del libro es la siguiente:

  1. Introducción (1-3);

  2. Amenazas (4-24);

  3. Oráculos (25-32);

  4. Promesas (33-39); y

  5. Estatutos (40-48).

En la introducción, el Dios Yahvéh entrega al profeta los lineamientos de su misión profética, mientras que los capítulos siguientes detallan una larga serie de amenazas y futuros castigos para Jerusalén y Judá, para los falsos profetas y, en general, para todos los judíos que han pecado antes de la invasión de Nabucodonosor.

Luego vienen los oráculos contra las naciones que amenazan al judaísmo, tras lo cual se expresan gloriosas promesas de paz y felicidad para Israel: la restauración completa de la religión, del país, del Templo y la completa y absoluta derrota de las potencias agresoras.

El estatuto político-religioso final establece las normas que deberán regir a la comunidad hebrea cuando consiga liberarse de la deportación y regrese a la tierra que Yahvéh reservó para ella.

Sentido religioso

La idea central que Ezequiel pretende transmitir con este texto es la responsabilidad de cada judío (18, 4). Esta individualización emparenta con otros libros proféticos e históricos en el sentido de que representa una evolución filosófica con respecto a las ideas de culpa y castigo colectivos que se veían en las versiones más primitivas de esta religión.

La responsabilidad individual debe, según este profeta, aplicarse a la conversión del infiel y a la elevación de uno mismo. Este concepto está relacionado con la renovación de la alianza del pueblo hebreo con Yahvéh, y esta nueva alianza depende, precisamente, de la conversión.

La alianza vieja, ya perimida, respondía sólo a la Tora (la Ley), pero la moderna opera según la Ley y un nuevo tipo de organización social y religiosa.

Las visiones mesiánicas y escatológicas de Ezequiel ben Buzi han influido indudablemente en la restauración judaica de tiempos posteriores y también y en gran medida en el perfeccionamiento ideológico cristiano que llega a su culminación con la venida de Cristo.

Versiculo corto y sencillo para meditar: Pasaje bíblico del Libro de Ezequiel, capítulo 25 versículo 17

Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Yavéh, cuando haga mi venganza en ellos.

Autor: Ezequiel

Fecha de su Escritura: El libro fue redactado en el 550 a.C.

Estilo Literario: Sermón o profecía.

Describámoslo en una Frase Corta: Vi algunas visiones desde el punto de vista de Dios acerca de cómo hemos vivido nuestras vidas.

Ezequiel

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