Nueva Identidad
Nueva Identidad
Pasamos de la enseñanza de ser seguidores a la enseñanza de una “Nueva Identidad”. Debemos de seguir a Jesús por el resto de nuestra vida cuando Dios nos salva, debemos de tratar de ser como Ell. Pablo nos da ese consejo en 1 de Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”
Uno de los problemas que el cristiano siempre va a tener es el siguiente; batallar con su cuerpo pecaminoso. Tenemos que entender que mientras entendamos que somos imperfectos y que vivimos en este mundo siempre vamos a estar en esa batalla y que de vez en cuando vamos a caer en pecado por nuestra condición imperfecta. Lo maravilloso de esto es que la Palabra de Dios nos lo advierte y nos da el remedio para cuando llegue ese día en que pecamos. En 1 de Juan 2:1 Pablo nos lo deja saber; “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”
¿Por qué tenemos esta batalla constantemente, 24 horas 7 días a la semana? Sencillamente, por el viejo deseo de ser rebelde contra Dios y porque siempre querremos controlar nuestra propia vida, esto nos lleva a desobedecer a Dios y cuando lo desobedecemos, pecamos. Nuestros vicios, problemas de carácter, hábitos y apetitos nos controlan. ¿Por qué? Porque el pecado es activo, progresivo y maligno. Cualquier desobediencia a Dios siempre crece, nos cambia y nos puede llevar a la destrucción.
Ahora usted conoce la razón del por qué debemos de ser imitadores de Cristo, sabemos que debemos de luchar constantemente con nuestros pecados y dejarlos atrás para que de esta forma podamos ser más como Cristo.
Desafortunadamente, muchas veces nuestros mejores esfuerzos terminan con pocos resultados, porque intentamos obedecer a Dios por todas las razones equivocadas: Por nuestro orgullo (obedecemos porque así nos sentimos mas dignos, como si fuéramos mejores personas), porque sentimos condenación (obedecemos porque nos sentimos culpables por todo lo que hemos hecho) y por último, para manipular a Dios (obedecemos para conseguir algo de Dios). Al final de cuentas, la obediencia motivada por estas razones no da buenos resultados.
Motivado por la Nueva Identidad
La motivación que viene de Dios para obedecerle es totalmente diferente a la del orgullo, la condenación y la manipulación. Esta motivación es simplemente la nueva identidad como Su hijo perdonado. El mensaje de esta nueva identidad es, eres nuevo, perdonado, amado y aceptado. Dios solo espera que nos portemos bien como una nueva persona. Simplemente obedeciendo para poder transmitir al mundo que somos nuevas criaturas ósea que hemos nacido de nuevo. Cristo mismo le explico esto a Nicodemus, un maestro de Israel. Lea y medite en la conversación de Jesus y Nicodemus en Juan 3:1-15 “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Esta nueva motivación tiene tres componentes:
1) Totalmente nuevos
La identidad como hijos de Dios esta basada en la obra que Dios hace cuando nos salva: nos hace nuevos, nos transforma completamente. Por la vida y la muerte de Cristo, nos adopta como sus hijos amados y aceptados en su reino, nos perdona totalmente, nos hace perfectos ante Sus ojos, nos libera del dominio del pecado y de la naturaleza rebelde y nos da nuevos deseos. Los hijos de Dios son nuevas personas.
2) Nuevas personas viven diferente
En el centro de esta nueva motivación esta plantada la idea de vivir diferente, reflejar siempre que somos nuevas personas, lo que hacemos debe de fluir del fruto de que tenemos una nueva identidad. Debemos de entender lo que hemos recibido y como deberíamos vivir. La razón que Dios da a Sus hijos para que lo obedezcan es: vivir como una nueva persona ósea Jesús más bien nos dice: ustedes ahora son mis hijos, pórtense como mis hijos.
3) Poder para obedecer
Junto con nuestra nueva identidad, Dios nos da un gran poder para luchar contra el pecado. Recuerda lo siguiente, Dios no tienta a nadie. Medita en lo siguiente en Santiago 1:12-14 “el que mantiene la fe cuando es tentado, porque recibirá el premio de la vida eterna que Dios ha prometido a los que lo aman. Cuando alguien tenga una tentación, no diga que es tentado por Dios, pues a Dios no lo tienta la maldad ni tampoco él tienta a nadie. Uno es tentado cuando se deja llevar por un mal deseo que lo atrae y lo seduce.”
Es Su Espíritu Santo quien habita en Sus hijos. Este poder nos da la esperanza de que si podemos vivir como nuevas personas que somos. Los hijos de Dios, pueden vivir como nuevas criaturas porque el Espíritu del Padre vive en todo aquel que cree y que ha aceptado a Cristo como salvador y Señor.
La Nueva Motivación
Todos los hijos de Dios luchan contra su propio pecado por lo tanto debemos de confesarlo a través de Su hijo amado, Cristo, debemos de negarnos a nosotros mismo y huir de la tentación. ¿Por qué? Porque si estamos en Cristo somos criaturas nuevas y como criaturas nuevas debemos de vivir diferente, mostrar que tenemos una nueva identidad, debemos de imitar a Jesús en nuestro diario vivir.
Versículos de ayuda para entender este pequeño estudio:
1 Juan 1:5-9; 3:1-13, Santiago 1:13-15, Juan 8:34-36, 1 Pedro 1:22-23, Efesios 4:1-24; 5:1-8, Colosenses 3:1-15 y Romanos 7:15-25, 8:1-39, 12:1.