Libro de Job
Libro de Job
El libro de Job consta de cinco secciones bien diferenciadas:
- Un prólogo en prosa (capítulos 1 y 2)
- Una serie de discursos dramáticos que tienen lugar entre Job y tres de sus amigos, Elifaz, Bildad y Sofar (caps. 3-31)
- Un diálogo entre Job y Elihu, un cuarto amigo (caps. 32-37)
- Discursos de Dios "desde el seno de la tempestad" (caps. 38-41)
- Un breve epílogo en prosa (cap. 42).
El problema de la retribución en el libro de Job
Las argumentaciones de Elifaz tienen los siguientes pasos: el inocente no puede morir, el pecado es siempre castigado, Dios ve faltas en todos (incluido Job). El castigo que Job recibe es por tanto, correctivo. Las de Bildad hablan de la diversa suerte que espera al justo y al inicuo. Y las de Sofar van por el mismo lado de las faltas que son castigadas incluso si son inconscientes (cf. Jb 11, 5-12).
Job se defiende afirmando continuamente su inocencia. Sin embargo, llega a afirmar una cierta arbitrariedad que dirigiría la actuación de Dios y a la que no hay manera de oponerse.
Elihu por su parte afirma que Dios prueba a los justos con sufrimientos para educarlos y forzar en ellos el clamor confiado en Dios salvador.
La respuesta de Yahvé da a entender que no entra en el debate precisamente por su trascendencia. Se sabe que hay una respuesta, pero Dios no la ha revelado todavía y muestra ante todo la sabiduría de su creación como prueba de que ninguna arbitrariedad hay en su actuar sino un designio misterioso que en su momento se dará a conocer.
Problemas filosóficos y teológicos planteados
Desde el punto de vista de la mentalidad judía, el problema que ofrece el libro de Job es complicadísimo. Para el judío, todo el Bien y todo el Mal proviene de Dios, porque Él ha creado todo. Dios, al mismo tiempo, es completamente justo y observa una moralidad completa. ¿Cómo es posible que someta a Job a la aparente injusticia que se narra en el libro?
Correspondió, entonces, estudiar la forma en que Dios opera Su justicia. La respuesta de los libros bíblicos es que:
- Dios ejerce la justicia en el mundo real, y
- Dios ejerce la justicia en forma colectiva.
En tiempos antiguos, los hebreos no creían en una vida de ultratumba, y por lo tanto tampoco en premios o castigos después de la muerte. Estos conceptos se presentan por primera vez en Macabeos y en el Libro de Sabiduría. Si bien los fallecidos gozan en el Sheol de una especie de "semivida", en el Infierno de los antiguos judíos no se discriminaba a los buenos de los malos. Dios, por lo tanto, manifiesta su justicia en este mundo.
Por otra parte, la convicción de que la deidad ejerce la justicia sobre toda la comunidad deriva naturalmente de la estructura social de clanes que dominaba la vida de los judíos primitivos. También reside aquí la fuerte solidaridad que aglutina a los judíos (sufren juntos las penas y disfrutan juntos la bonanza). Todos los libros sagrados obedecen a esta filosofía, que es muy visible en el Deuteronomio, en Josué, en Jueces, Samuel y en I Reyes. Recién en Ezequiel aparece entre los israelitas el concepto de responsabilidades, premios y castigos individuales.
El problema, pues, se convierte en insoluble desde el punto de vista de Job. No está sufriendo por los pecados de los antepasados (una forma primitiva de pecado original) ni por los de sus amigos y vecinos. El diálogo con sus consoladores tiende a ignorar incluso la intervención demoníaca en sus penas.
El teólogo judío antiguo trató de justificar los inexplicables sufrimientos de Job a través de algún pecado ya olvidado o de faltas ocultas y nunca relatadas en el libro. Desde un punto de vista más moderno, se retorna a la acción maléfica del Diablo y al concepto del libre albedrío, condición necesaria para que se consume la alianza de Dios con Su pueblo. Si el Demonio no existiese, el Hombre no podría elegir entre el Bien y el Mal (que Job elige parcialmente al increpar a Dios por su dolor).
Por estas y otras complejidades, Job ha sido llamado "el libro más difícil del Antiguo Testamento".
Sentido religioso
Estas tesis y otras son puestas por los autores del libro en boca de los cuatro amigos que tratan de consolar a Job, pero este las descarta una a una. A pesar de que Job sale restaurado y transformado de su conflicto con Dios, el libro no ofrece sin embargo las respuestas a los enigmas que el lector espera, y esto está logrado con una técnica impecable: Dios no habla como Hombre, sino como Dios, por lo que la solución queda oculta dentro de la misma divinidad y, por lo tanto, totalmente inaccesible al ser humano, que no conoce los detalles del plan divino sino solamente su sentido general.
Sin embargo, hábilmente, el autor bíblico no destruye todas las esperanzas de llegar a la verdad: en el libro de Job la revelación es diferida pero nunca negada.
Obras parecidas a Job
El tema de Job (el justo que sufre injustamente) fue muy frecuentado posteriormente en la época asiria, babilónica y persa. Las culturas babilónicas, por ejemplo, cuentan la historia de un rey el cual perdió todas sus posesiones y se enfermó. Rogando piadosamente al dios Marduk, el soberano consiguió que se le restituyeran el trono y la salud. Como se ve, este episodio es muy parecido al de Job.
Curiosidades
En Job 26:7 se afirma que "cuelga la Tierra sobre nada", es notable que esté esto en este libro, dado que fue escrito hace aproximadamente 3500 años, dado que en la Antigüedad se afirmaba que la Tierra era plana y era sostenida por elefantes, tortugas o un gran gigante llamado Atlas.
En Job 38:24 habla de que la luz se puede dividir.
El agua llega a la Tierra a través de la lluvia, corre por las montañas hacia los ríos, regresa a los océanos y se evapora, para volver a caer como lluvia. Este concepto tan simple, no fue claramente reconocido por la ciencia hasta el año de 1740, por Perrault y Mariotte. Job 36:27-28 identificaba este proceso con miles de años de anticipación.
Job 28:25 Habla del peso del viento. Desde los días de Aristóteles, a través de la Edad Media y hasta el Renacimiento, el mundo científico creía que el aire no tenía ningún peso. No fue hasta que el italiano Torricelli, en el año 1643, inventó el barómetro, que se confirmó esta verdad científica.
El libro de Job es el primero y el que más describe al personaje "Satanás" dentro del Antiguo Testamento, figura tan usual en el Nuevo Testamento.
Datos Generales Para su Conocimiento...
- Cuando fue Escrito: Aunque algunos especialistas datan el libro entre el año 500 a. C. y el año 250 a. C., su cita en antiguos manuscritos judíos descartan tal opción. Popularmente se considera que este fue escrito alrededor del año 1473 a. C. El autor es anónimo pero de gran finura religiosa y conocimientos.
- Escrito por: Su autor es desconocido, aunque la tradición lo atribuye a Moisés, el cual posiblemente conociera a Job durante su huida del Bajo Egipto. Si este fuera el caso, Job podría haber sido habitante de la península arábiga, situada al este del imperio.
- Tipo de Estilo Literario: Aun cuando la temática del libro es unitaria, hay diversos indicios de una composición más compleja, como por ejemplo, la variación en el uso de los nombres divinos (Yahveh, Saddai, Eloah, Elohím). Sin embargo, se mantiene a lo largo de la obra el uso coherente (por ejemplo, Job solo usa una vez el nombre “Yahveh” en el prólogo y en una expresión corriente). Al parecer las arengas de Elihú resultan ser añadidos debido a su forma de razonamiento y a que el discurso anterior y posterior ni siquiera lo toman en cuenta.
- Describámoslo en una Frase Corta: Consta de un inicio y un final bastante breves en prosa. El grueso del libro (es decir, del capítulo 3 al 42) es un poema. El poema a su vez se divide en los tres discursos de los amigos de Job (Elifaz, Bildad y Sofar) con sus correspondientes réplicas. Sigue luego otro discurso, esta vez de Elihu y los dos de Yahvé.
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