Libro de Apocalipsis

Libro de Apocalipsis

 

Es uno de los libros de la Biblia que más suscitan el interés y la curiosidad de los cristianos. Es muchas veces muy mal interpretado, sobre todo cuando se pretende hallar en sus páginas misteriosos secretos del futuro. Es un libro de fe y no de horóscopos y cábalas, que es de difícil traducción.

En el Nuevo Testamento hay varios relatos apocalípticos, como por ejemplo en los sinópticos (Mc 13; Mt 24; Lc 21) o en Pablo (1 Tes 4,13-17, 2 Tes 2,1-12; 2 Cor 12,1-9) o en las cartas de Pedro y Judas, etc. Lo que nos hace descubrir que ciertos temas alusivos al "sentido último de la historia" eran tratados con un lenguaje especial llamado "apocalíptico", es decir: "de revelación". El autor de este libro se inspiró en los libros del AT de Ezequiel y de Daniel que son las obras cumbres del "género apocalíptico". Los libros "apocalípticos" aparecen siempre en épocas conflictivas y de persecuciones, por eso se multiplicaron desde el siglo II a.C. hasta el II de nuestra era (Apocalipsis de Abraham, de Elías, de Adán, de Pedro, de Pablo, de María, etc.

Elementos comunes de los libros apocalípticos:

1.      El único Señor de la historia es Dios que juzgará a los hombres según sus actos buenos o malos.

2.      El mal es el que ahora reina en el mundo, que es el imperio de los "demonio" y de las "tinieblas". El creyente debe refugiarse en Dios para liberarse de sus trampas y persecuciones.

3.      El poderío de Satanás se ejerce por medio de ciertos jefes de Estado, reyes despóticos y dictadores que usurpan el poder y se ponen el título de "Señor", solamente debido a Dios. En este sentido, el libro del Apocalipsis es un alegato en favor de la libertad y de la dignidad humana, en contra de las dictaduras y de todos los totalitarismos.

4.      La justicia de Dios brillará "al final", cuando queden destruidas las fuerzas del mal y se realice el juicio universal y la resurrección de los muertos. Mientras tanto hay que mantenerse firmes en la fe y fieles al Señor.

5.      Al ser todos estos acontecimientos "futuros", nadie los puede conocer sino aquella persona a quien Dios se lo revela en alguna "visión" y tal revelación se hace a través de un "lenguaje simbólico especial". Los lectores creyentes, por lo general, tenían las claves para interpretar ese "lenguaje"; no así las autoridades criticadas y aludidas, evitándose de esta manera las represalias.

 Conclusiones:

Cuando tiene lugar una persecución religiosa y flaquea la fe de los creyentes, los autores apocalípticos procuran por sus escritos dar "esperanza" y "seguridad" de que el triunfo final pertenece a Dios y a quienes se mantengan fieles. Los acontecimientos presentes, son proyectados al futuro y de esta forma se puede ver desde el final y en toda su proyección lo que ahora está en proceso de gestación. Así la "historia" aparece como una "unidad" y bajo la guía de Dios, que siempre lleva todo a feliz término. Para hacer más sencillo el relato, de hecho oscuro y complicado, los apocalipsis dividen la historia en dos "campos": el Reino de Dios y el de Satanás con sus aliados y las escenas transcurren en dos escenarios: en la tierra (Estado contra Iglesia) y en el cielo (Dios contra el demonio), como si nuestros conflictos fueran siempre los eternos de "luz contra tinieblas".

EL APOCALIPSIS HACE FRENTE A LA CRISIS DE FINALES DEL SIGLO

Después de la muerte de Jesús la historia judeo-cristiana es muy azarosa. En los últimos años de Nerón, mientras se persigue a los cristianos (mueren Pedro y Pablo), los judíos se alzan contra Roma, que tras cruenta lucha, aplasta la sublevación y destruye la ciudad santa y el templo, cuando ya Vespasiano había sucedido a Nerón. Hacia fines del Siglo I, Domiciano sucede a Tito y se desata una nueva persecución en Oriente, pues Roma implanta el culto al emperador como "señor" y "dios", creando un serio dilema a los cristianos. El apóstol Juan es desterrado a la isla de Patmos y allí escribe el "Apocalipsis" para que los cristianos resistan firmes en la fe. Esto sucede antes del año 96, en que muere Domiciano.

El Apocalipsis interpreta la historia presente como la fase final de la guerra de Satanás contra Dios. Nos da una lección muy clara: La Iglesia no camina por un camino de rosas, sino que va por el "desierto", tiempo de lucha, de espera, de confianza y de fidelidad. El creyente no se tiene que alarmar por la aparente fuerza del mal, pues al final de la historia está Jesucristo, garantía de triunfo. El Apocalipsis nos obliga a mirar este siglo que vivimos con otros ojos, pues hoy también están enfrentados Cristo y el anticristo, la luz y las tinieblas y es en esa lucha precisamente donde se fortalece y acrecienta nuestra fe.

 

LOS SÍMBOLOS DEL APOCALIPSIS

      1.      "Dios"
Es representado como un Rey sentado en su trono, con una corte de ángeles, ancianos, etc.

2.      "Jesucristo"
Es el Cordero, el Hijo del Hombre, el jinete blanco, el esposo, etc.

3.      "La Iglesia"
Es una mujer encinta, una novia, un templo, una ciudad.

4.      "Satanás"
Es una serpiente o un dragón.

5.      "El imperio romano", “el mal"
Es una bestia o una prostituta.

6.      "Los cultos idolátricos"
Es una bestia.

7.      "Las calamidades"
Son plagas, guerras, hambre, etc.

8.      "El número 7"
Símbolo de plenitud y acabamiento (siete visiones, siete trompetas, siete cabezas, numero perfecto, la santidad, etc.).

9.      "El número 12"
Símbolo de totalidad y grandeza.

 

10.  "El 6 y el tres y medio"
Símbolos de la imperfección, del pecado y de la persecución.

Apocalipsis

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