Ayuno
La Obediencia de Ayunar
Daniel 9:3 ”Volví mi rostro a Dios el Señor para buscarle en oración y súplicas, en ayuno, cilicio y ceniza.”
Isaías 58:1-12
Comencemos con una introducción de lo que Dios nos dice del
“verdadero ayuno”, tenemos que saber el propósito de ejercer el ayuno. La
actitud de antes, durante y después de un ayuno. En ese tiempo el pueblo de Israel ayunaba y
oraba tres veces al día como es su costumbre, pero Dios no estaba de acuerdo
con la actitud que tenían y le dijo al profeta Isaías. "Clama a voz en
cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, declara a mi pueblo su
transgresión y a la casa de Jacob sus pecados.” (Isaías 58:1)
¿Cuál fue la razón que a Dios no le agrado el comportamiento
que tenia Israel al ayunar?
Primeramente, porque el propósito de Israel era ayunar para
su propio gusto, para obtener cosas vanas y oprimían a sus trabajadores. Dicen: ``¿Por qué hemos ayunado, y tú no lo
ves? ¿Por qué nos hemos humillado, y tú no haces caso? He aquí, en el día de vuestro
ayuno buscáis vuestra conveniencia y oprimís a todos vuestros trabajadores.”
(Isaías 58:3)
Segundo, por la actitud, ayunaban pero no lo hacían con un
corazón sensible. En lugar de que su vida estuviera sujeta al Espíritu Santo
por el ayuno, tenían contiendas, y herían con el puño. ”He aquí, ayunáis para contiendas y riñas, y
para herir con un puño malvado. No ayunéis como hoy, para que se oiga en lo
alto vuestra voz.” (Isaías 58:4)
Tercero, porque no lo hacían para edificar y ni mucho menos
para bendecir. Hablaban vanidad y amenazaban a la gente. “Entonces invocarás, y el SEÑOR responderá;
clamarás, y El dirá: ``Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el
amenazar con el dedo y el hablar iniquidad.” (Isaías 58:9)
Cuarto, porque no le importaba el prójimo. Ayunaban pero
veían a una persona afligida y no le desataban las ligaduras de impiedad, ni le
soltaban las cargas de opresión. ” ¿No es éste el ayuno que yo escogí: desatar
las ligaduras de impiedad, soltar las coyundas del yugo, dejar ir libres a los
oprimidos, y romper todo yugo?” (Isaías 58:6)
Ayunaban, pero veían la necesidad y no daban su pan al hambriento,
además se escondían de su hermano. ” ¿No es para que partas tu pan con el
hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al
desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante? (Isaías 58:7)
En este capítulo, Dios no estaba diciendo que mejor no
ayunaran, más bien Dios les estaba enseñando que para que la voz del pueblo
fuera escuchada, tendría que hacerse el ayuno con una actitud correcta, con
justicia y amor al prójimo. (Isaías 58:4).
Si ayunamos como Dios nos pide, cuando clamemos, dice su
palabra que “Jehová dirá Heme aquí” (Isaías 58:9). Por decirlo en una forma simple y sencilla,
como diciendo Aquí estoy ¿Qué necesitas? Dios escucha nuestras oraciones, pero
quiere primeramente que seamos justos, que actuemos con amor, que rompamos todo
yugo de pecado, ayudar al que está en necesidad, no hablar vanidad cuando
estamos ayunando.
Por cierto El quiere que nosotros estemos gozosos mientras
ayunamos. "Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas;
porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están
ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa." (Mateo
6:16) No busque la recompensa negativa como se la ha garantizado a los
hipócritas sino mas bien la recompensa positiva que también es garantizada de
antemano cuando hacemos las cosas apropiadamente. "para no hacer ver a los hombres que
ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto,
te recompensará." (Mateo 6:18)
Analizando lo dicho tenemos la obligación que de la misma
manera que les dejamos saber las cosas agradables por la cual puedes recibir
recompensas también tenemos que decirles las que son menos agradables para su
conocimiento. El sencillamente nos deja saber que sucede si hacemos las cosas
hipócritamente, podemos perder lo siguiente; "Cuídense de no practicar su
justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no
tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos. " (Mateo 6:1)
Al final de cuenta cuando ayunamos apropiadamente se puede
cumplir la promesa de Isaías. “Y el SEÑOR te guiará continuamente, saciará tu
deseo en los lugares áridos y dará vigor a tus huesos; serás como huerto regado
y como manantial cuyas aguas nunca faltan.” (Isaías 58:1)
“El ayunar es la negación voluntaria de lo que de otra
manera sería una función normal, con el propósito de realizar una actividad
espiritual intensa. No hay nada malo en estas funciones normales de la vida;
simplemente sucede que hay momentos en que las ponemos a un lado para
concentrarnos”
- Refuerzo al ejercicio de nuestra autoridad espiritual -
En momentos de especial necesidad, el ayuno puede ayudarnos
a enfocar toda nuestra energía en buscar a Dios para entender su voluntad, al
mismo tiempo que da más fuerza a nuestras oraciones. La Escritura describe
diferentes situaciones y ocasiones cuando Israel como nación buscaba a Dios con
oración y ayuno. Israel ayunaba, por ejemplo, en los momentos de una crisis
nacional.
1. La reina Ester, antes de interceder a favor de su pueblo,
pidió a todos los judíos que estaban con ella en Susa que ayunaran.
"Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne
a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni
bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré
igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y
si perezco, que perezca” (Ester 4:15-16).
2. Cuando Nehemías escucha en Babilonia que los muros de
Jerusalén están en ruinas, se lamenta, ayuna y ora.
“Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la
cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de
Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras
me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios
de los cielos” (Nehemías 1:3-4).
Estos dos pasajes vinculan el ayuno con el fuerte deseo de
ver a Dios intervenir, proteger y restaurar el bienestar de Israel.
3. De la misma forma Esdras ora y ayuna pidiendo protección
al emprender el largo viaje desde Babilonia a Israel.
“Y publiqué ayuno allí junto al Río Ahava, para afligirnos
delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y
para nuestros niños, y para todos nuestros bienes. Porque tuve vergüenza de
pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el
camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es
para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos
los que le abandonan. Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él
nos fue propicio” (Esdras 8:21-23).
4. El rey Josafat llama a Israel a ayunar cuando enfrenta un
combate militar inminente.
“Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de
Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. Y
acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: contra ti viene una gran
multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar,
que es En-gadi. Entonces él tuvo temor, y Josafat humilló su rostro para
consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de
Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas la ciudades de Judá
vinieron a pedir ayuda a Jehová” (2 Crónicas 20:1-4).
5. El profeta Joel llama a Israel a ayunar como señal de
confesión y arrepentimiento por su gran pecado.
“Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar;
venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de
vuestro Dios la ofrenda y la libación. Proclamad ayuno, convocad a asamblea;
congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de
Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová” (Joel 1:13-14; ver también Joel 2:12;
Jonás 3:5).
En cada uno de estos cinco pasajes del Antiguo Testamento,
reconocemos varios temas comunes: Israel pide que Dios intervenga, proteja,
libere y restaure. En cada uno se hace ayuno, al parecer, como señal de la gran
importancia de la situación y el gran deseo de Israel de ver a Dios actuar.
Esto quiere decir que para ellos no había nada más importante que la situación
que enfrentaban en ese momento. La actividad normal no podía continuar igual.
La rutina diaria era interrumpida. Aun las necesidades básicas de comer y beber
se dejaban de lado como señal ante Dios que Israel estaba en un gran peligro y
sólo podía ser salvado si Dios actuaba a su favor. “Señor—decían las
peticiones—tómanos en serio. Sin ti no tenemos salvación. Si nos dejas solos,
estamos perdidos. Actúa a nuestro favor. Perdona nuestras iniquidades. Queremos
cambiar.”
En el Nuevo Testamento encontramos a personas y grupos
ayunando en preparación para periodos intensos de ministerio y prueba. En otras
ocasiones, las personas ayunaban y oraban para discernir la voluntad de Dios en
una situación particular.
1. Jesús ayunó por cuarenta días en el desierto antes de su
enfrentamiento con el diablo (Lucas 4:1-2).
2. Jesús explicó a los discípulos que ciertos actos de
ministerio requieren una ardua labor. Habiendo fallado ellos en su intento de
echar fuera el demonio de un muchacho, Jesús les dice que “este género con nada
puede salir, sino con oración y ayuno” (Marcos 9:29).
3. La profetisa Ana servía en el templo “con ayunos y
oraciones de noche y de día” (Lucas 2:36-38), y una de las pocas personas en
reconocer al Mesías cuando apareció fue ella.
4. Fue mientras ayunaban, adoraban y oraban que la iglesia
en Antioquía entendió que Bernabé y Pablo debían ser apartados para la obra a
los gentiles (Hechos 13:2).
El ayuno más común es el de abstenerse de todo alimento,
pero bebiendo agua. Según vemos en la Biblia, una persona que se aparta para
buscar a Dios puede ayunar hasta 40 días (Lucas 4:1-2). En algunas emergencias
se ha ayunado completamente, sin tan siquiera beber agua; pero la Biblia no
hace mención de nadie que lo haya hecho por más de tres días (Ester 4:16), a no
ser por intervención divina (Moisés, Elías).
También se pueden hacer ayunos parciales, cuando uno tiene
que trabajar, o tiene alguna enfermedad del estómago, o está tomando
medicamentos que no puede dejar de usar. Este ayuno consiste en comer para
mantener las fuerzas, pero no por el placer de comer (Daniel 10.2-3). Esto se
puede hacer, por ejemplo, bebiendo sólo zumos, tomando sopas de verduras, o
comiendo sólo fruta y verduras.
Es importante recordar que el PROPÓSITO de un ayuno es
buscar a Dios; buscarle hasta que hayamos prevalecido con él y tengamos la
seguridad de que hemos obtenido la victoria. No es ningún tipo de penitencia
religiosa. Es un arma de guerra espiritual que hace más concentrada y eficaz la
oración. Así que, la meta debe ser dedicar todo el tiempo posible a orar a
Dios. Aun si hacemos un ayuno parcial y trabajamos la mayor parte del día, el
propósito sigue siendo el mismo; necesitamos un esfuerzo especial en la
oración. Por eso es aconsejable acompañar el ayuno de comida con otro “ayuno”;
ayuno de televisión, libros, revistas, música, conversación prescindible, etc.,
para poder dedicar cada momento libre a la oración.
MEDITEMOS: El ayuno es un arma de guerra espiritual que
concentra más la oración, la hace más eficaz, la respalda con mayor autoridad,
y nos ayuda a conseguir la victoria.
Es muy importante la forma de TERMINAR un ayuno. Cuando una
persona pasa más de dos o tres días sin comer, su sistema digestivo se ajusta a
este estado, y la vuelta a las comidas de costumbre debe hacerse
paulatinamente, para no forzar el estómago. La mayoría de los autores que
escriben sobre el tema recomiendan un tiempo de ajuste de igual duración que el
mismo ayuno, para evitar cualquier riesgo o problema.
Una regla de oro: En cuanto el estómago se sienta lleno, por
poco que hayas comido, para enseguida. Sobre todo hay que resistir el apetito
feroz que entra al cuerpo alrededor del tercer día del periodo de “desayuno”,
cuando uno tiene ganas de comer grandes cantidades aunque su estómago se haya
llenado; y evitar el picar entre comidas. Aun después del periodo de reajuste,
es conveniente dejar unos días antes de “ponerse las botas”, porque esto puede
ser muy peligroso para el cuerpo. El mismo Señor que da determinación y anhelo
para hacer el ayuno, dará fuerza de voluntad para romperlo con prudencia.
¿POR QUÉ COSAS AYUNAMOS?
Como DISCIPLINA guiada por el Espíritu Santo: Mat. 4:2; 1
Cor. 9:25; 2 Cor. 6:5; 11:27
Para buscar la VOLUNTAD DE DIOS en asuntos específicos: Jueces 20:26; Hechos 13:3; 14:23.
ARREPENTIMIENTO por el pecado: 1 Sam. 7:6; 2 Sam. 12:16, 21-23; 1 Reyes 21:27; Nehemías 9:1-3; Joel 1:14; 2:12,15; Jonás 3:5-10 (ver Jeremías 18:7-8).
A favor de la OBRA DE DIOS: Neh. 1:4; Joel 2:15
LIBERACIÓN Y PROTECCIÓN: 2 Crónicas 20:3; Esdras 8:21-23; Ester 4: 13-16; 9:31; Marcos 9:29.
Para HUMILLARSE delante de Dios: Salmo 69:10-13.
Como parte de la ADORACIÓN: Lucas 2:37; Hechos 13:2,3.
En tiempos de profunda AFLICCIÓN: 1 Sam. 31:13; 2 Sam. 1:12; 12:16, 21-23; Sal. 35:13; Dan 6:18.
Para BUSCAR ENTENDIMIENTO y SABIDURÍA de parte de Dios: Dan. 9:2,3,21,22
¿QUIÉNES AYUNABAN?
El pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento: Lev. 16:29,31
Juan el Bautista: Marcos 2:18; Lucas 5:33
Ana, la profetiza: Lucas 2:37
Jesús: Mt. 4:2; Marcos 1:13
Jesús esperaba que sus discípulos ayunaran después de su partida: Mt. 9:14,15; Mr. 2:18-20; Luc. 5:33-35
Los discípulos: Hechos 13:2,3; 27:9
El ayuno era una práctica de la Iglesia del segundo siglo: Didajé, II Clemente, Hermas.
Grandes hombres de Dios conocieron el poder y la disciplina del ayuno: Martín Lutero, Carlos y Juan Wesley, Carlos Finney, Juan Calvino, Jonatan Edwards, Pastor Hsi, Juan Knox, David Brainerd, Hudson Taylor.
USTED puede formar parte de esta lista.
Algunos consejos de como debería de prepararse para ayunar:
· Preséntale al
Señor el día que usted desea ayunar ¿Como lo presento? ORANDO!
· Preséntale el
tipo de ayuno que usted está dispuesto a ofrecer. Esto es de acuerdo a su
salud. El ayuno es un sacrificio que usted hace de acuerdo a su vida cotidiana
· En el día
escogido para ayunar únjase con aceite en la frente. "Pero tú, cuando
ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro," (Mateo 6:17)
· Ore en la
mañana antes de comenzar su ayuno. Pídale fortaleza y que lo libre de toda
tentación. Pídale que lo mantenga en santidad no dejándolo pecar ni por los
oídos, ni por los ojos, ni por la boca y ni mucho menos por los pensamientos.
Pida con devoción de que El sea el protector de su corazón.
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